Tu propósito de vida: Un viaje de autodescubrimiento
Desde que era niño sentía una gran fascinación por los viajes. Cada vez que mis papás me decían que saldríamos de vacaciones, a visitar algún familiar o solo un día de campo me emocionaba mucho. Años después ahora entiendo que anunciaban mi viaje de autodescubrimiento.
Desde empezar a buscar en los libros y revistas que había en casa acerca del lugar que visitaríamos, antes de la era del internet, o preguntar a otras personas que ya conocían ese lugar. Todo eso me ayudaba a imaginar cómo sería el lugar, ¿qué se sentiría estar ahí?, ¿encontraría algún animal?, ¿a qué podría jugar ahí?, ¿Qué voy a descubrir? Ya cuando veía que mis papás preparaban las maletas o la comida que había que llevar mi emoción crecía: el viaje se acerca, es tiempo de nuevas aventuras, pensaba yo.
En ese entonces para nada sabía de los viajes que me esperaban más adelante en mi vida. No entendía conscientemente la frase que escuché tantas veces: “Los viajes ilustran”. Y mucho menos sabía que ya desde entonces estaba respondiendo un llamado para un viaje muy especial:
Mi propio viaje de autodescubrimiento.
Conócete a ti mismo
Años después cuando realicé viajes muuucho más largos y ya por mi cuenta, me cayó el veinte de por qué la gente decía que los viajes ilustran. No solo es el descubrir nuevos lugares, conocer otras culturas, lugares majestuosos y distintas formas de pensar. Eso es una buena parte de esa ilustración que nos abre el panorama. Todo eso nos impulsa al viaje de autodescubrimiento.
Conócete a ti mismo
Inscripción a la entrada del templo de Apolo, en el Oráculo de Delfos
Según decía mi libro de viajes, eso decía un letrero que estaba a la entrada de un templo del que yo solo veía una cuantas columnas en pie, en las ruinas de la antigua ciudad griega de Delfos. Era el templo de Apolo, a donde los antiguos griegos acudían para consultar al oráculo sobre los más diversos temas. Uno de ellos era para que le asignaran a su hijo un nombre que expresara su destino.
¿Quién eres tú?
Pero los griegos no entendían el destino como tú y yo lo entendemos hoy. Para ellos el que alguien cumpliera su destino significaba ponerse frente a frente consigo mismo. Creían que la sede del nombre de una persona era el corazón y que al recibirlo recibía al mismo tiempo su propósito de vida, su misión de vida. Cuando el joven completaba su formación en la Paideia – un lugar donde se fomentaba el autodescubrimiento– y ya para entrar en la vida adulta, debía volver al oráculo para confirmar su nombre, si es que le checaba, o bien podía recibir uno nuevo que reflejara mejor su esencia. Su destino no estaba escrito en piedra.
Para ellos el que alguien cumpliera su destino significaba ponerse frente a frente consigo mismo
Para los griegos aquel que no se conociera a sí mismo estaría condenado a deambular sin rumbo por toda su existencia. Así, esa frase en el portal del templo “Conócete a ti mismo” es mucho más que saber conscientemente nuestros talentos, habilidades e incluso… nuestras pasiones. Todos estos son aspectos muy importantes cuando emprendemos el viaje de autodescubrimiento al que todos los seres humanos somos llamados y es en la adolescencia cuando recibimos nuestra primera llamada. Pero ojo, ese llamado puede fascinar y asustar a la vez. ¡Lo sé por experiencia! Yo me hacía el occiso para dar ese paso y encontraba cualquier cantidad de excusas para darlo, claro…. ¡Después!
¿Qué es propósito de vida?
No existe una única definición, pues encontrarás en la literatura e investigaciones que existe una gran variedad de visiones al respecto. Además, cada quien tenemos nuestro propio concepto para referirnos el: pasión, misión de vida, vocación, llamado, elemento, etc. A mí me gustan los 4 componentes del propósito de vida que propone Kendall Cotton Bronk, profesora de Psicología de la Universidad de Claremont:
1.- Compromiso continuo: No es algo que logras una vez y se acabó, sino que se realiza a lo largo de toda una vida.
2.- Significancia personal: O sea, que es muy importante y valioso para ti, tanto así que sigues a pesar de las adversidades que encuentras en el camino.
3.- Orientación a alguna meta: Hay un para qué hacerlo que da rumbo a tus acciones.
4.- Implica una visión más grande y que va más allá de uno mismo
Tal vez este último punto sea el que distingue tu propósito de vida de otras pasiones que pueden darte mucho placer o incluso satisfacción, pero que se quedan centradas en tu propio placer. Ojo, no tiene nada de malo hacer cosas que te gustan. Lo cierto es que los mayores beneficios de vivir una vida con propósito, según revelan las investigaciones, curiosamente aparecen cuando vemos más allá de uno mismo.
Beneficios físicos
Así nos da indicios de nuestro propósito de vida, que si lo sigues te dará beneficios en más de una forma, como indican las investigaciones de Cohen 1 -quien junto con sus colaboradores realizó un meta análisis de las investigaciones acerca del Propósito- Cotton2 y Fredrickson 3 y quienes afirman que vivir una vida con propósito está asociado con una mejor salud física:
+ Mejor calidad de sueño
+ Vidas más longevas
+ Expresión genética más favorable de las células del sistema inmunológico
– Menores niveles de dolor crónico
– Menores riesgos de sufrir infartos y enfermedad coronaria
– Menores riesgos de enfermedades como Alzheimer
Beneficios psicológicos
Además y por si fuera poco, un sentido de que nuestra vida tiene un propósito también tiene efectos en nuestro bienestar psicológico pues nos produce:
+ Mayor esperanza
+ Coherencia interna (la sensación de que somos fieles a notros mismos)
+ Mayores niveles de felicidad y satisfacción con la vida
+ Aumenta tu Resiliencia
+ Una autorrealización difícil de explicar con palabras, algo que he podido experimentar de primera mano.
Propósito: Coherencia y salud
Cuando respondemos a ese llamado le encontramos un profundo sentido a nuestra vida, nos da coherencia interna, orienta nuestras actividades, nuestro trabajo e incluso tiene repercusiones a nivel físico, afectando directamente a nuestro sistema inmunológico haciéndolo más robusto y hasta la expresión de nuestros genes. Entonces sí, tus talentos, habilidades y pasiones te facilitan el responder a ese llamado a emprender un viaje de vida único: EL TUYO.
De ese tamaño es el orientarte hacia tu propósito de vida o vocación. No se trata de una idea romántica o el privilegio para unos cuantos, es una cuestión que los seres humanos sentimos de manera natural y que incluso de llevarlo a cabo puede afectar nuestra salud física. Por ello mi tesis de maestría se centró justamente en este tema y desarrollé técnicas que más que ayudarte a descubrir tus pasiones, te orientan hacia tu propósito de vida, independientemente del momento de vida que en que te encuentres.
Resiliencia: ingrediente esencial en el viaje de autodescubrimiento
Lo que te voy a decir tal vez no sea muy lindo, pero ¡chin!, te lo tengo que decir. Orientarte hacia tu propósito requiere esfuerzo y muchos ¡hue….s! Ese es el primer paso. El viaje de autodescubrimiento tiene retos y pruebas, la vida misma los tiene. Sin embargo y de acuerdo a investigaciones científicas de los últimos años, no hay mejor ingrediente para superar las adversidades de la vida que la Resiliencia. Y claro, aquí están incluidos también los retos que el viaje de vida nos puede poner enfrente.
Yo puedo acompañarte a cultivar tu Resiliencia y a orientarte hacia ese propósito de vida ¡Ah y con paracaídas incluido! Pues no se trata de aventarte nada más como el Borras, renunciar y dejar tu trabajo actual. Se trata de hacerlo de forma orgánica y con riesgos calculados. Por eso también puedo acompañarte a crear un plan de transición si es que desearas cambiar de carrera o ámbito laboral.
Es muy fácil sólo llama al 442 690 2522, escríbeme a edgard @ neuroresiliencia.com envíame un mensaje por whatsapp al 442 328 5023 o llena el formulario de aquí abajo y empezaremos a trabajar juntos:
Referencias:
1.- Cohen, R; Bavishi, Ch; & Rozanski, A. (2016). Purpose in Life and Its Relationship to All-Cause Mortality and Cardiovascular Events, Psychosomatic Medicine, 78 (2), p 122-133 doi: 10.1097/PSY.0000000000000274
2.- Cotton Bronk, K; Hill, P; Lapsley, D; Talib, T. & Finch, H. (2009). Purpose, hope, and life satisfaction in three age groups, The Journal of Positive Psychology, 4(6), 500-510
3.- Fredrickson, B; Grewen, K; Coffey, K; Algoe, S; Firestine, A; Arevalo, J; Ma, J, & Cole. S. (2013). A functional genomic perspective on human well-being. Proceedings on the National Academy of Sciences of the USA, 110 (33). DOI: 10.1073/pnas.1305419110
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