Neuroplasticidad: maravilla de nuestro cerebro
La Neuroplasticidad o plasticidad cerebral es una propiedad de tu cerebro que le permite adaptarse y cambiar de acuerdo a lo que vas experimentando en tu vida.
Tal vez no lo sabías, pero nuestro cerebro es el órgano más social del ser humano pues nuestras relaciones con los demás y con nuestro entorno contribuyen a darle forma. Además aprende a lo largo de toda la vida, por eso está diseñado para CAMBIAR a partir de la experiencia. Y al decir cambiar no solo quiero decir creencias e ideas, sino cambiar hasta su estructura física. Lo que sea que experimentemos y sintamos, deseemos y pensemos está influyendo poco a poco en su arquitectura neuronal. ¿No es una maravilla?
En este preciso instante al leer estas líneas, millones de las casi 100, 000 millones de neuronas que se encuentran en tu cerebro comienzan a conectarse unas con otras, a esto se le llama sinapsis. Lo hacen a una velocidad de 432 km/hr, formando así redes para transmitir información. Pues toda esta actividad cerebral tan compleja, rápida y dinámica está cambiando todo el tiempo en tu cerebro, literalmente de un segundo a otro.
Las sinapsis que están más activas con el tiempo y la repetición se vuelven más fuertes. Reciben más sangre con oxígeno y glucosa, el combustible principal que requieren para hacer su chamba. En cambio aquellas sinapsis que no están tan activas tu cerebro interpreta que no son muy necesarias y da prioridad a las que se conectan con mayor frecuencia. O se usan o se pierden. Por eso antes de los celulares te aprendías los números de tus conocidos, porque los marcabas constantemente.
Lee aquí: Neuroplasticidad: más allá de las diferencias del cerebro del hombre y la mujer
No hay camino, se hace camino al andar
Bueno, pues ese mecanismo que te acabo de explicar arriba es como tu cerebro procesa todo lo que percibe desde dentro de ti o del exterior: emociones, olores, sonidos, gusto, pensamientos, procesos conscientes e inconscientes, TODO está basado en la actividad neuronal. Buena parte de toda esta maraña de actividad sucediendo en tu cerebro son como las ondas en un río, pasan y después desaparecen sin afectar su cauce. En cambio las conexiones que son muy intensas, como una gran emoción que sentiste con alguien o en un viaje, muy constantes o prolongadas dejan una huella en la estructura cerebral. Esta actividad sí puede cambiar el cauce del río. Tus hábitos mentales literalmente están dando forma a tu cerebro a lo largo de tu vida. Van haciendo caminos cada vez más marcados y se les llaman neurorutas.
Las Neuronas que se activan juntas se conectan juntas.
Donald Hebb
Nada es permanente, todo cambia
A los cambios en las neurorutas a través del tiempo es a lo que en neurociencias se llama Neuroplasticidad basada en la experiencia. La Neuroplasticidad o plasticidad cerebral es una propiedad de tu cerebro que le permite adaptarse y cambiar de acuerdo a lo que vas experimentando en tu vida. Se da de forma natural, es la base del aprendizaje y del cambio.
Un ejemplo clásico del que seguro ya habías escuchado antes es el estudio que se hizo con taxistas de Londres 1, quienes tienen que memorizar un número gigantesco de calles y rutas para poder ser taxistas. Bueno pues gracias a eso estos taxistas en el estudio mostraron capas neuronales del hipocampo más gruesas. El hipocampo es un área cerebral asociada con la memoria visoespacial, ¿Viso… qué? Es el tipo de memoria que te permite aprenderte el caminito para llegar de un punto a otro. Por ejemplo lo más seguro es que no te pierdas en tu casa pues ya sabes dónde está cada cuarto. Lo contrario pasa en una casa a la que acabas de entrar por primera vez y si es grande ahí sí te podrías perder.
Bueno pues estos taxistas a través de la práctica y repetición utilizaron esa cualidad el hipocampo más que otras personas y por ello es que el tejido de esa área se incrementó. Ok, ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? te estarás preguntando. Pues que tu cerebro se desarrolla de acuerdo a lo que practicas más, tal como si desarrollaras tus músculos con ejercicio. Un día de gimnasio no hará la diferencia, pero una rutina constante a lo largo del tiempo sí lo hará.
Tus experiencias no sólo van creando nuevas sinapsis, sino que también van incluso modificando tu expresión genética, pero de eso te hablaré en otro artículo. Por lo pronto lo importante es que sepas que las actividades que repites constantemente las vas haciendo más fácil cada vez por la maravilla de la Neuroplasticidad. Entre más practiques algo, por ejemplo técnicas de relajación, control de estrés o meditación, más fácilmente se relaja tu mente y tu cuerpo, pues los circuitos neuronales que calman la respuesta de estrés se activan más y es entonces cuando tú te vuelves más resiliente. ¿Qué te parece?
A donde tu atención se dirige
La activación neuronal fluye
Y tus conexiones neuronales crecen
Dan Siegel
El mapa sí es el territorio
Así que en resumen tus experiencias de vida sí importan. No sólo por lo que sentiste en ese momento, sino por la huella que van dejando en tu cerebro y todo tu sistema nervioso. Tus experiencias de tristeza, felicidad y amor pueden cambiar tus circuitos neuronales. Enfocarte en la autocrítica, en rencores, estrés, etc. lo que hace es hacer tu cerebro cada vez más vulnerable y reactivo a la respuesta de estrés, tristeza, culpa y demás.
Lo bueno es que hay otro tipo de Neuroplasticidad que puede ser utilizada para lograr el efecto contrario. Enfocarte en lo bueno que hay en ti, en lo bueno que tienes hoy, en emociones positivas, aunque sean poquitas, en tus fortalezas y virtudes, en tratarte bien a ti, eso también va cambiando y esculpiendo la estructura de tu cerebro. Esta es la Neuroplasticidad autodirigida. Así vas haciendo más resiliente a tu cerebro y a todo tu sistema nervioso. Eso es cultivar DELIBERADAMENTE tu resiliencia que empieza en tu cerebro. ¡Y vaya que funciona!, te lo puedo decir por experiencia propia.
La resiliencia se aprende y se cultiva
Para nada se trata de ignorar las adversidades que estés viviendo. Más bien es entrenar a tu cerebro para ser más adaptable y flexible en cómo responde ante esas adversidades en lugar de que entre en modo “hulk” o en piloto automático. De esta forma después de alguna experiencia no muy linda, tu cerebro se recupera más fácilmente de ella. Eso es la resiliencia, que aunque la vamos desarrollando a lo largo de la vida, también podemos cultivarla a cualquier edad aprovechando la neuroplasticidad de tu cerebro, como ya viste.
Con el coaching en línea que te ofrezco puedes aprender herramientas, prácticas y técnicas que aprovechando tu neuroplasticidad, te ayudarán a ser más resiliente y sobreponerte a las adversidades de la vida. Comienza haciendo clik en el botón de abajo.
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Referencias:
1.- Maguire, E.A. Woollett, K., & Spiers H.J. (2006). London taxi drivers and bus drivers: A structural MRI and neuropsychological analysis. Hippocampus, 16,(12). https://doi.org/10.1002/hipo.20233
Mónica Miralles
On septiembre 6, 2020 at 7:44 am
Hola. Que maravilloso artículo. Es un tema que me ha interesado y los explicas de una manera tan genial y motivadora. Muchas gracias por la información y el conocimiento