La Resiliencia en nuestras relaciones de pareja
¿Alguna vez has escuchado de relaciones resilientes? Pues sí, te cuento que la resiliencia, esa capacidad humana que empieza en el cerebro, y que la necesitamos para afrontar y recuperarnos de las adversidades, también se hace presente en nuestras relaciones de pareja.
Foto de Wilson Sánchez en Unsplash
Gracias a la resiliencia las relaciones perduran en el tiempo, incluso a pesar de las adversidades. Y vaya que la necesitamos, pues la vida nos puede poner retos de todo tipo en nuestras relaciones: distancia, conflictos, enfermedades, crianza de los hijos, cuestiones de familia, finanzas, infidelidades, y un largo etc. Si a esto le agregamos los estresores y retos del diario podemos encontrarnos con una relación desgastada y con poca resiliencia.
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¿Estreso.. qué? Los estresores son todas aquellas cosas que nos pueden provocar estrés y varían de persona a persona. Por ejemplo la falta de dinero puede provocar estrés en un gran número de personas, mientras que un examen parcial puede provocárselo a un niño en la primaria. La cosa es que el estrés es una experiencia común de todos los seres humanos que puede tener efectos negativos si lo vivimos con demasiada frecuencia y con intensidad. Algo que nos sucede a la gran mayoría cuando vivimos este tipo de estrés es que nuestro humor no está en su mejor punto, nuestro afecto cambia generalmente hacia un afecto negativo y por lo tanto podemos afectar a las personas cercanas a nosotros. La pareja comúnmente es la primera en resentirlo.
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Algunas investigaciones sugieren que el estrés del diario contribuye a que nuestras relaciones sean menos satisfactorias. De acuerdo a un estudio en el que revisaron los diarios que escribieron 80 parejas los 7 días a la semana por 4 años, los investigadores encontraron que cuando las parejas reportaban más estrés, también reportaron sentirse menos cercanos, menos cómodos con la dependencia con la pareja y más ansiosos con sus relaciones con los demás (Neff & Karney, 2009).1
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Resiliencia y estrés
Como ya te he comentado en otros artículos, la resiliencia de pronto “brilla por su ausencia” cuando estamos con un cerebro muy estresado o enojado, haciendo que reaccionemos de maneras poco saludables y asertivas, por ejemplo, peleándonos con la pareja por cosas que no valen la pena, armando una escena en el supermercado o como yo he visto algunas veces en la calle, personas en el carro persiguiendo al de otro carro para “ajusticiarlos” porque les tocaron el claxon o porque los vieron “feo”.
Este tipo de comportamientos nos dejan ver lo poco resilientes que podemos ser en esos momentos de estrés y nuestra pareja muchas veces termina siendo la víctima de nuestra falta de resiliencia. De hecho según algunas evidencias, durante periodos de estrés grave, las personas tienden a presentar problemas para hacer justamente el tipo de cosas que promueven la estabilidad de las relaciones, como por ejemplo tranquilizar o confortar a nuestra propia pareja. (Lewandowski, Mattingly, & Pedreiro, 2014).2
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Cultivando resiliencia en tus relaciones
A pesar de que vivimos en un entorno con muchos estresores, existen muchas cosas que podemos hacer para cultivar la resiliencia en nuestras relaciones. Algo que nos ayuda mucho son los hábitos saludables que realizamos cuando la relación va fluyendo bien. Además de que nos ayudan a mantener la relación en buen estado, también pueden ser un “colchón” muy útil contra los efectos del estrés e incluso nos ayudan a perseverar durante tiempos difíciles, pues justamente servir como colchón es una de las bendiciones de la resiliencia. Probablemente te estés preguntando: ¿Y cuáles son esos hábitos saludables? Pues aquí te voy a explicar uno de ellos y su contraparte.
Hábito poco saludable: Dar por hecho que la pareja “ahí está” o “seguirá”. Algo muy común que puede sucederle a cualquiera y que he visto mucho en talleres y consultas, sobre todo después de un tiempo de relación. Los seres humanos nos acostumbramos a todo, y una vez que nos acostumbramos tendemos a volverlo una rutina que realizamos día con día. Cuando a nuestra pareja la consideramos parte de esa rutina podemos dejar de “verla” y percibir los cambios que va viviendo, sus nuevos intereses y sobre todo, sus sueños. Así podemos olvidar de pronto que las relaciones humanas no son de un chispazo y ya, sino que se cultivan en el tiempo y la pareja por supuesto no es la excepción.
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Hábito saludable: Gratitud. No me refiero a la gratitud como el hecho de simplemente decir “gracias” pues podemos decirlo de dientes para afuera, sino como una emoción humana compleja que activa áreas de tu cerebro como la corteza cingulada anterior (CCA) y la corteza prefrontal medial (CPFM) asociadas al procesamiento de las emociones, a la vinculación con los demás, las interacciones sociales gratificantes, el juicio moral y a la capacidad de entender los estados mentales de los otros. Por eso la gratitud además de que puede aumentar 25% en promedio tu nivel de felicidad, hace que las parejas agradecidas se sientan más satisfechas con su relación y más cercanas uno del otro.
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Además un estudio 3 encontró que los reportes de sentimientos de gratitud hacia la pareja de los participantes del estudio, predecían quiénes de ellos continuarían en la relación y quiénes terminarían nueve meses después. Entre más agradecidos eran los participantes, más probabilidades tenían de que la relación continuara. La gratitud significa pensar en las virtudes de tu pareja y recordar qué de eso es lo que te hizo clik al inicio de la relación que te hizo sentir ese amor, esa sincronía de tu neurobiología con tu pareja.
Cuando tenemos problemas en la pareja, ¡qué pareja no los tiene!, es fácil y hasta “normal” querer que él/ella cambien. Pero como te habrás dado cuenta en este artículo, una relación mejor y más resiliente empieza CONTIGO.
Aun si a veces no nos gusta del todo, en general tenemos limitada influencia sobre los demás. Lo bueno es que podemos aprender herramientas para nosotros y fomentar relaciones más armónicas y resilientes.
Puedo acompañarte a aprender más herramientas de Inteligencia Relacional para fomentar mayor armonía y resiliencia en tus relaciones y en tu vida en general.
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Referencias:
1.- Neff, L. A., & Karney, B. R. (2009). Stress and reactivity to daily relationship experiences: How stress hinders adaptive processes in marriage. Journal of Personality and Social Psychology, 97(3), 435–450. doi:10.1037/a0015663.
2.- Lewandowski Jr, Gary & Mattingly, Brent & Pedreiro, Annabelle. (2014). Under Pressure: The Effects of Stress on Positive and Negative Relationship Behaviors. The Journal of social psychology. 154. 463-473. 10.1080/00224545.2014.933162.
3.- Gordon, A. M., Impett, E. A., Kogan, A., Oveis, C., & Keltner, D. (2012). To have and to hold: Gratitude promotes relationship maintenance in intimate bonds. Journal of Personality and Social Psychology, 103(2), 257-274.