Empatía en tiempos de polarización social
La solución a la polarización social comienza dentro de nosotros, en unos “circuitos” del cerebro que activan la empatía y la compasión.
Cuando vi la serie de Star Wars por primera vez yo era muy niño. Estas películas marcaron mi infancia por muchas razones. Una de ellas es el cambio que fue viviendo su protagonista, Luke Skywalker, a lo largo de la historia. Claro que a esa edad no veía lo que ahora identifico en el viaje del héroe de Luke. En ese entonces llamaba mi atención cómo al final del 6° episodio, Darth Vader casi lo mata, a pesar de ser su hijo. De pronto algo cambia dentro de Vader cuando está viendo al emperador electrocutando a su hijo y lo salva. A su vez Luke también, en palabras de su propio padre, termina “salvándolo”. Hoy puedo reconocer que ese constante cambio de sintonización con las distintas emociones cambiantes de Vader y Luke en unos cuantos minutos de la película eran mis primeros ensayos con la empatía y compasión.
Muchos años -y muchísimos de trabajo personal- después, he vivido los efectos de incorporar y cultivar deliberadamente empatía y compasión. Puedo decirte que ambas cambiaron mi vida para bien y por mucho. Por eso para mí son de las más grandes virtudes que el ser humano puede cultivar. Hoy en estos momentos de gran polarización social que estamos viviendo en México me parece que son esenciales.
La empatía y compasión en la sociedad
La empatía puede ser muy enriquecedora en la sociedad. No es de extrañar que las personas empáticas tienden a tener relaciones interpersonales más sólidas y satisfactorias 1, son menos prejuiciosas y racistas 2 y previene el bullying 3 algo que en redes sociales hoy está a la orden del día. Por su parte ser compasivos puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas pues se activa el nervio vago y con él disminuye nuestra frecuencia cardíaca 4, puede hacernos más altruistas 5, promueve que los padres tengan mejores cuidados y crianza de sus hijos 6 y nos hace menos vengativos 7.
Sin embargo con estos y otros beneficios que tiene la empatía pareciera que hoy en día muchas personas le dan la espalda y prefirieran culpar, ignorar las necesidades de otros y lo peor, deshumanizarlos. Reconozco que es poco fácil mantenerse absolutamente a raya de esta polarización política –me ha pasado- cuando vemos que ante un reclamo legítimo, otros le responden con insultos, descalificaciones, risas sarcásticas o etiquetas. Lo bueno y como dice Jamil Zaki, profesor asociado de psicología en la Universidad de Stanford, es que la empatía no es una habilidad que tenemos o no, sino que se puede cultivar. El lado no muy bueno de esto es que toma un tiempo y esfuerzo.
Empatía para sobrevivir
La empatía es una habilidad que nos apoya a relacionarnos con los demás de nuestra misma especie, con otras y con nuestro entorno. Es la base de las relaciones interpersonales armónicas. Pues como mencioné en otro artículo, cuando alguien empatiza contigo te da la sensación de que tu ser interior realmente existe para esa persona.
La empatía involucra muchas áreas cerebrales como la ínsula, el giro occipital medial, el giro fusiforme, amígdala, la corteza del cíngulo medio anterior, las áreas premotoras medias y laterales, algunas áreas en las cortezas parietales derecha e izquierda. etc. En cuestiones evolutivas todas estas y otras áreas se activan para “hacernos sentir” lo que el otro siente y los demás sintamos el impulso de hacer algo para ayudarle a reducir ese dolor. Si ayudamos entonces la empatía cede el paso a la compasión que según investigadores como Dacher Keltner de la Universidad de California Berkley, es una habilidad que nos ha ayudado a sobrevivir como especie.
Salvo en casos patológicos, como se ha encontrado al estudiar el cerebro de algunos homicidas, esas áreas cerebrales no siempre se activan en nosotros. ¿Qué lo impide?
Empatía y compasión bloqueadas
Estas virtudes humanas a veces cuesta trabajo practicarlas, pues como se han encontrado en varios estudios, requieren cultivarse en el tiempo. Los circuitos cerebrales que las promueven se activan con las personas que consideramos parte de nuestro círculo y a serlo menos con los que consideramos como “fuera” de nuestro círculo. “Nosotros” y “ustedes”. Esta categorización la hace el cerebro en milisegundos. Puede ser desde lo más aparente como complexión física, género, forma de vestir, edad, raza, etc. hasta las categorías más complejas como estrato socioeconómico, área en la organización, escuela, afiliación política, ideologías, etc.
Cuando nuestro cerebro determina que el otro es “de nuestro grupo” los circuitos de empatía y compasión se activan. Sentimos su dolor o situación como si fuera nuestra, mostramos afecto hacia esa persona y algunos tomarán acción para tratar de aliviarlo, consolarlo, ser muy amables con ella e incluso defenderla.
En cambio si en nuestro cerebro la persona que la está pasando mal no pasa el filtro de “nosotros” esos circuitos no se activan y podemos llegar incluso a alegrarnos por su sufrimiento, creer que si le va mal es porque se lo buscó o se lo merece. Es la base de la visión blanco-negro, amigo-enemigo, que justamente en Star Wars, llevó a Anakin Skywalker a convertirse en el oscuro Darth Vader.
La base de la polarización
Esta falta de activación nos puede “cegar”. Dejamos de ver a la otra persona como un ser humano completo para ver solo la etiqueta que, según nuestro cerebro, la “separa” de nosotros e incluso podemos llegar a ser muy crueles con “ustedes”. La historia está plagada de ejemplos de lo anterior en lo políticos, religioso, social, etc. Como los soldados nazis que podían disparar a los judíos con extrema frialdad y darse la vuelta para ser de lo más cariñosos con sus perros.
Es por ello que contra todo argumento lógico, datos duros y evidencia empírica que revelan una situación distinta, muchas personas no creerán, ni considerarán esa información y evidencia si provienen de personas ajenas a lo que consideran su círculo de “nosotros”. Este es el combustible de la polarización social que vivimos hoy en México y otros países.
Contra todo argumento lógico, datos duros y evidencia empírica que revelan una situación distinta, muchas personas no creerán, ni considerarán esa información y evidencia si provienen de personas ajenas a lo que consideran su círculo de “nosotros”.
Las virtudes no son estáticas
Como bien dice Zaki, alegrarte por un momento del sufrimiento de otro no te hace mala persona. Todos lo hemos vivido pues son reacciones neurobiológicas que suceden en segundos. Más bien yo resueno con él cuando menciona que la empatía –y yo agrego a la compasión como un segundo paso- es un proyecto continuo del que todos somos parte para decidir y dar forma a la persona que queremos ser:
“La empatía es un proyecto continuo del que todos somos parte para decidir y dar forma a la persona que queremos ser”
Jamil Zaki
Por ello en estos momentos de tanta división me parece importantísimo DELIBERADAMENTE cultivar empatía y compasión aún en un mundo despiadado, pues como menciona Keltner, nos han permitido sobrevivir como especie.
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Humanidad compartida
Sabiendo que la tendencia a categorizar a otras personas en “nosotros” y “ustedes” es parte de nuestra neurobiología, también lo es la solución. Cuando dejamos de ver la etiqueta que “nos divide”, encontramos los puntos de identificación con “ellos”, reconocer que el otro también sufre y siente dolor, igual que nosotros, que también tiene sueños y aspiraciones, desean ser felices, sentirse mejor, estar sanos, se preocupan por su familia, tienen miedos y quieren salir adelante igual que nosotros, algo pasa en el cerebro, le quitamos el freno a los circuitos de empatía y compasión y nuestro círculo de “nosotros” comienza a ampliarse. Eso es reconocer nuestra que créeme, es una práctica muy sanadora.
Sí, existe un lado horrible del ser humano que todos llevamos dentro, podemos llegar a ser muy crueles y mezquinos con algunas personas. Sin embargo todos también llevamos dentro el potencial de un lado armónico y amoroso que nos recuerda ser parte de una extensa familia humana. Ojalá tú decidas cultivar éste último, al hacerlo estarás construyendo una Sociedad Armónica.
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Referencias:
1.- Block-Lerner, J., Adair, C., Plumb, J. C., Rhatigan, D. L., & Orsillo, S. M. (2007). The case for mindfulness-based approaches in the cultivation of empathy: does nonjudgmental, present-moment awareness increase capacity for perspective-taking and empathic concern? Journal of marital and family therapy, 33(4), 501–516. https://doi.org/10.1111/j.1752-0606.2007.00034.x
2.- Stavrinides, P., Georgiou, S., Theofanous, V. (2010). Bullying and Empathy: A Short-Term Longitudinal Investigation. Educational Psychology, 30 (7), 793-802.
3.- Todd, A. R., Bodenhausen, G. V., Richeson, J. A., & Galinsky, A. D. (2011). Perspective taking combats automatic expressions of racial bias. Journal of Personality and Social Psychology, 100(6), 1027–1042. https://doi.org/10.1037/a0022308
4.- Kok, B.E. & Fredrickson, B.L. (2016). Upward spirals of the heart: autonomic flexibility, as indexed by vagal tone, reciprocally and prospectively predicts positive emotions and social connectedness. Biol Psychol, 117(240), 432-436. doi:10.1016/j.biopsycho.2010.09.005
5.- Weng, H. Y., Fox, A. S., Shackman, A. J., Stodola, D. E., Caldwell, J. Z. K., Olson, M. C., Davidson, R. J. (2013). Compassion Training Alters Altruism and Neural Responses to Suffering. Psychological Science, 24(7), 1171–1180. https://doi.org/10.1177/0956797612469537
6.- Simon-Thomas ER, Godzik J, Castle E, et al. (2012). An fMRI study of caring vs self-focus during induced compassion and pride. Social Cognitive Affect Neuroscience, 7(6), 635-648. doi:10.1093/scan/nsr045
7.- Condo, P. & DeSteno, D. (2011). Compassion for one reduces punishment for another. Journal of Experimental Social Psychology, 47(3), 698-701.