Cultiva tu Resiliencia ante el Desempleo
Estar desempleado puede implicar sentirnos bajo una gran presión. La resiliencia es una capacidad humana que actúa como factor protector y nos ayuda a navegar el mar de incertidumbre del desempleo.
Hace muchos años viví un período de desempleo, no tenía ni ingresos ni negocio propio. Me encontraba en una especie de encrucijada muy incómoda de la que parecía no ver salida alguna. Recuerdo despertar y sentir la presión de “un día más de búsqueda de empleo”.
Cuando perdemos el empleo o rol, puede comenzar una cascada de emociones no muy agradable, pues no solo es la pérdida de la fuente de ingresos por la que sentimos presión, sino también por la pérdida simbólica de sueños, planes y proyecciones que teníamos.
Por aquel tiempo la resiliencia ni siquiera figuraba en mi vocabulario, es más, si la hubiera escuchado no habría sabido de que me hablaban. Y ojalá en ese entonces alguien lo hubiera hecho, pues si algo necesitaba en esa etapa tan difícil de desempleo era justamente eso: resiliencia.
Lee aquí: 4 cosas que tienes que saber de la resiliencia
Resiliencia y adversidad
La resiliencia ha recibido ya desde hace muchos años la atención de investigadores y diversos grupos para su estudio y promoción. Sin embargo en la última década ha estado más en la mira de múltiples estudios científicos realizados en todo el mundo. Y no es para menos pues la resiliencia lejos de ser una disposición, actitud o tipo de personalidad, es una capacidad humana que nos permite afrontar, recuperarnos de las adversidades, levantarnos después de una caída y seguir adelante. ¿Quién no se ha caído o enfrentado alguna adversidad?
Tal vez hayas escuchado las clásicas frases (que poco, si no es que en nada ayudan) “Tú puedes, échale ganas!”, “Nunca te rindas” y otras por el estilo que andan por ahí en imágenes que artistas y famosos comparten en sus redes. Ahora seguro te preguntarás ¿por qué no sirven? La respuesta es muy sencilla, porque:
La resiliencia no viene de la voluntad ni de sentirse muy fregón, ni de echarle ganas. Es una capacidad psicológica que emerge a partir de la neurointegración armónica de diversas áreas cerebrales.
¿¿¿¿¿Ehhhh?????
Así es, la Resiliencia no es un rasgo de personalidad que unos tienen y otros no. Tampoco se refiere a que una persona si no se ha recuperado es por que no ha querido o hecho los suficientes “esfuerzos”, mensaje implícito que va en la frase “échale ganas”.
Es más bien una capacidad psicológica que empieza en el cerebro y como tal, puede ser cultivada durante etapas de desempleo y para fortuna nuestra, a lo largo de toda la vida. Implica que diversas áreas cerebrales diferenciadas entre sí se vayan uniendo. Cuando esto sucede armónicamente emerge la Resiliencia. Puedes leer más sobre la neurointegración aquí.
Beneficios de la Resiliencia en el desempleo
Cuando estamos en una situación de este estilo podemos reaccionar de muchas formas de acuerdo a nuestra historia de vida y a nuestras habilidades. Es normal que de pronto o a frecuentemente nos sintamos presionados, tristes, angustiados, etc. Sobre todo si alguien más depende de nosotros económicamente y si tenemos deudas que pagar. También es normal que algunas personas sientan una sensación de que no están realizándose, de que necesitan aportar al mundo sus talentos y conocimientos. Esto también puede ser muy doloroso, tanto o más que por la presión por el dinero.
La resiliencia no implica dejar de sentir estas emociones y estresantes comunes del desempleo. Más bien nos ayuda a:
- Evitar quedarnos atorados en ese revoltijo de emociones que cualquiera puede experimentar en esta situación.
- Adaptarnos a esa nueva realidad, aunque sea temporal.
- Contemplar opciones que hasta ahora no contemplábamos.
- Mantener un bienestar psicológico. Esto es muy importante pues sirve de colchón ante la ansiedad y la depresión, muy comunes en períodos largos de desempleo.
- Mantener bienestar físico. El desempleo puede cobrar una cuota a nuestra salud física, sobre todo después de largos períodos.
- Mantener cierta calma a pesar de las adversidades. Super importante para evitar aventarte como el “borras” en decisiones precipitadas y desesperadas.
La vida es multicolor
La vida no es ni negra ni rosa, tiene muchos matices y todos hemos vivido más de uno de sus colores. Algunos más otros menos, pero nadie está exento de los retos que nos pone en el camino. Ciertamente el desempleo puede hacernos verla gris o negro azabache, pues tiene un efecto en el cerebro.
Pero también es cierto que el color con la que la veamos dependerá precisamente de esa neurointegración de la que te hablaba. Entre más la promuevas mayores serán tus “depósitos” de resiliencia, un gran recurso cuando en el horizonte no se ven ni empleo ni ingresos . Y créeme que me hubiera gustado enriquecer esos depósitos en esa etapa.
Cultivar Resiliencia hoy mismo
Lo bueno es que sin importar tu edad, es posible optimizar esa neurointegración para cultivar mayor resiliencia, uno de los principales recursos para recuperarnos de las adversidades, tal como lo han señalado investigaciones científicas en los últimos años. Aquí te voy a dar una técnica sencilla pero poderosa que va orientándote hacia un futuro con mayor esperanza y empieza a promover esa neurointegración.
Tu versión más armónica: Esta actividad es muy sencilla y la puedes hacer en este momento. Si quieres puedes escribir en una hoja todos los detalles o bien puedes si quieres solo usar tu imaginación.
1.- Imagínate a ti mismo, a ti misma de aquí a un año en el futuro floreciendo. Probablemente vengan pensamientos de cómo tu vida actual no checa con esta versión en el futuro. Despreocúpate, es normal. Si vienen este tipo de pensamientos o imágenes solo déjalas pasar y devuelve tu atención al futuro brillante donde eres tu versión más armónica y las circunstancias de tu vida han cambiado para hace posible esa vida.
2.- Entre más detalles mejor. Usando el gran recurso de tu imaginación, imagina con todo detalle cómo te ves, cómo te sientes prosperando y siendo tu mejor versión, dónde estás, con quién estás trabajando. Puedes imaginarte en tu vida general o bien en un área en particular, por ejemplo laboral, profesional, familiar, etc.
3.- Además de la Resiliencia que te permitió afrontar todas las adversidades en ese año, prueba a identificar qué otras habilidades y fortalezas te fueron útiles.
Seguro te preguntarás, ¿De veras esto funciona? Pues sí funciona. De acuerdo a una investigación realizada hace unos años 1, quienes hicieron este ejercicio diario por dos semanas incrementaron sus emociones positivas al término del estudio que duró dos semanas. Quienes siguieron practicándolo aun después determinado mostraron mayores niveles de emociones positivas un mes después. Recuerda que experimentar continuamente emociones positivas va cultivando tu Resiliencia.
Tal vez la resiliencia por sí solita no te consiga entrevistas de trabajo o ingresos, pero si te ayudará a ver oportunidades donde hasta ahora tal vez veías obstáculos y te fortalecerá para dejar atrás tal vez el miedo al fracaso, la desesperanza o la vergüenza que a veces se sienten en estas etapas, de las que por cierto nadie está exento, exenta.
Por propia experiencia sé que estar sin empleo puede ser muy doloroso, pero también sé que la Resiliencia es un gran recurso para salir adelante y hasta enriquecido de esa experiencia.
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Referencias:
1.- Sheldon, K. M., & Lyubomirsky, S. (2006). How to increase and sustain positive emotion: The effects of expressing gratitude and visualizing best possible selves. Journal of Positive Psychology, 1(2), 73-82.
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