Antes de que pasen los problemas: Resiliencia Anticipatoria
A poca gente le gustan los problemas. Sin embargo al ser parte de la vida no podemos evitarlos, pero sí podemos prepararnos antes de que lleguen con una gran herramienta: la Resiliencia Anticipatoria.
La resiliencia anticipatoria es un término que leí de una autora y que me pareció tan útil. Se trata practicar ser resilientes en situaciones del futuro que pueden ser intimidantes, frustrantes o hasta angustiantes, como por ejemplo: pedir un aumento en el trabajo; ir a una consulta con un médico que hemos estado dejando para después por temor a un diagnóstico; llamar a una persona con la que tenemos un conflicto para aclarar las cosas; etc.
Me parece que practicar ser resiliente antes de que las cosas sucedan puede ser muy enriquecedor y hasta liberador. No sólo puedes practicar con tiempo de anticipación diversas formas en las que podrías reaccionar, sino que al hacerlo vas cultivando una mentalidad resiliente:
Ver una situación difícil, desconocida o nueva como un reto o posibilidad de crecimiento en lugar de verlo como problema.
La vida es ensayo y error
El aprendizaje se basa en repetir algo las veces que sean necesarias hasta que se forma una neuroruta, o sea un camino de neuronas lo suficientemente fuerte para sostenerse en el tiempo. Dependiendo de lo complejo que sea para nosotros eso nuevo que estemos aprendiendo, fallaremos hasta que esa neuroruta se haya formado y esté bien consolidada. Es cuando decimos que podemos hacer algo “bien”, que somos competentes en algo. Nadie aprendió a caminar o andar en bicicleta sin caerse muuuuuchas veces. Por eso la vida implica ensayar y fallar para aprender lo que sea. Ahora, esas neurorutas cambian con el tiempo y es gracias a esos cambios que siempre podemos aprender cosas nuevas. A esta propiedad de cambio de tu cerebro se le llama Neuroplasticidad, que utilizaremos en el ejercicio de aquí abajo para cultivar tu resiliencia antes de que sucedan los problemas o retos.
¿Por qué funciona?
Porque para nuestro cerebro es igual estar viviendo algo que imaginarlo. Cuando imaginas una situación con todo detalle el cerebro comienza incluso a segregar neurotransmisores de acuerdo al tipo de experiencia que imaginas. Podemos sentirnos angustiados con solo imaginar algo negativo. Motivados y entusiasmados por la dopamina liberada con solo imaginar que logramos una meta. Cuando imaginamos algo de forma repetida comenzamos a crear esos caminitos de neuronas que te platicaba arriba. Por eso ensayar cuantas veces te sea necesario esas situaciones que sabes tendrás que enfrentar es una excelente oportunidad para cultivar tu resiliencia de forma anticipada. ¡Es la neuroplasticidad utilizada a tu favor!
Así que te voy a dar un ejercicio que puedes realizar en unos 10 minutos para que lo practiques cuando lo necesites. Por favor ten en cuenta que este ejercicio no sustituye la guía de un profesional, por lo que si hubiera situaciones que el solo imaginarlas te angustian demasiado es mejor que busques ayuda especializada. Interrumpe el ejercicio si sientes que las emociones que despierta una situación imaginaria te sobrepasan. Empieza por ensayar con otras situaciones menos agobiantes y deja pasar unos minutos, horas o incluso días antes de volver a intentar la situación que te sea más retadora.
Ejercicio de Resiliencia anticipatoria
1.- Comienza por buscar un lugar en el que evites distracciones. Si te es cómodo, cierra tus ojos.
2.- Trae a tu mente alguna situación en las que ya hayas sido resiliente en el pasado. Comienza con retos pequeños, cuando resolviste un problema de la luz en tu casa, encontraste una salida para llegar a tu destino cuando te habías perdido manejando o pudiste llevarte a un estado de calma después de haberte enojado con tus hijos. Por pequeña que pueda parecer esa situación lo importante es que te hayas sentido competente de haberla solucionado. Esto cultiva tu resiliencia en el tiempo. Así que trae a tu mente cuantos momentos previos de resiliencia necesites. La intención es que sientas y confíes que en verdad, eres resiliente.
3.- Ahora imagínate viviendo situaciones un poquito más retadoras: atreverte a decirle a algún familiar o amigo que su personalidad narcisista está desgastando la relación. Lo importante aquí es ensayar en tu mente las palabras que dirías y lo que necesitas escuchar del otro es importantísimo, pues anticipas los recursos o habilidades que podrías necesitar para afrontar con éxito esa difícil conversación antes de que pase. Ensaya tus respuestas imaginando que la conversación sale bien y también imagínalas si no sale tan bien. Este ensayo puede darte mucho aprendizaje sobre cómo tener este tipo de conversaciones hábilmente. El sólo hecho de ensayarlo te va preparando para ser más resiliente para navegar las olas de la vida.
4.- Finalmente imagina que estás viviendo una situación del futuro que percibes será compleja: hacerte algunos estudios médicos; estar en una negociación importante; una entrevista de trabajo para el puesto que tanto deseas; realizar una presentación en público que no quieres pero tienes que hacer, etc.
Aquí es similar al paso anterior, la diferencia es que percibimos la situación más retadora, pero en esencia se trata de ensayar cuantas veces sea necesario las conversaciones que tendrías, tus reacciones, identificar los recursos y habilidades con los que cuentas y aquellos que necesitarías desarrollar para ese momento.
Lo importante no es que las cosas salgan como tú quisieras, sino que te imagines siendo resiliente en cualquier escenario y al hacerlo, estás cultivando ya tu resiliencia.
Con el Coaching de Resiliencia que te ofrezco puedes aprender múltiples técnicas y herramientas que cultivan tu resiliencia.
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