4 cosas que tienes que saber de la resiliencia
La resiliencia varía de una persona a otra y de un momento de la vida a otro. Aquí te menciono cuatro cosas que influyen mucho en tus niveles de resiliencia.
Cuando de resiliencia se trata, nuestra capacidad para afrontar y recuperarnos de las situaciones difíciles de la vida, la cancha pareciera estar desnivelada. Por ejemplo, una persona después de romper con una pareja tarda un buen rato en recuperarse, mientras que para otra persona igual es una experiencia dolorosa, sin embargo se repone y continúa adelante con su vida. El mismo evento es una experiencia para fortalecerse de un lado y del otro lado es una catástrofe.
¿Por qué a algunos se les facilita más que a otros cuando se trata de lidiar con situaciones que nos pueden tumbar? Como te he mencionado en varios artículos aquí, la resiliencia es la clave para recupéranos de las olas de la vida, la cosa es que ésta varía de una persona a otra y de un momento de la vida a otro. Aquí te menciono cuatro aspectos que influyen mucho en tus niveles de resiliencia.
1.- Los seres humanos estamos diseñados para reaccionar ante lo malo, PEEEERO…
Desde un punto de vista de la evolución y según el estudio de Roy Baumeister,1 tiene toda la lógica que el cerebro de los humanos ancestrales se pasara escaneando el ambiente en busca de peligros físicos como en la sabana africana o la época glacial. ¿Te imaginas cuántos depredadores pasaban afuera de sus casas todos los días? La atención tenía que irse a donde estaba lo “negativo”, ya después verían si era realmente un peligro o no. Eso les permitió a los primeros humanos sobrevivir y nosotros hoy estamos aquí con esa tendencia hacia lo “negativo”.
PEEEERO lo bueno es que gracias a la neuroplasticidad podemos entrenar a nuestro cerebro a tender poco a poco más hacia lo positivo.
2.- Tu habilidad para manejar la negatividad influye mucho en tu resiliencia
Sí, te lo acabo de decir, los eventos negativos nos afectan más. Sin embargo y en general suceden más espaciados en el tiempo que los positivos. La cosa es que no todos tenemos la misma habilidad ni capacidad para afrontar la adversidad. Y ojo, para nada quiere decir que unos son más débiles que otros, es más bien por circunstancias de la vida que influyeron qué tanto un sistema nervioso se logró integrar, o sea unir las distintas áreas que lo componen pero manteniendo su diferenciación, proceso que se da especialmente en la infancia y la adolescencia.
También afecta qué tanta actividad tienen áreas del hemisferio izquierdo, que le permiten a la persona tener una orientación “pro” metas y acercarse a ellas con mayor facilidad, en tanto que mayor actividad en ciertas áreas cerebrales del hemisferio derecho causan el efecto de evitación 2 . Esto lleva a la persona a preocuparse demasiado por el fracaso y a vivir en un constante estado de defensa, lo que hace que actúen de forma menos resiliente cuando la adversidad toca a la puerta 3.
Ojo, todos adoptamos una posición de aproximación o evitación en ciertas situaciones. A lo que me refiero aquí es cuando una de estas posiciones es la constante en tu vida.
3.- Cómo te defines tú mismo, tú misma de verdad importa
Las investigaciones muestran algo curioso. Entre más cercana esté la adversidad de tu definición de ti mismo, misma, más fuerte será el trancazo cuando llegue. Piénsalo de esta forma, si alguien se define como un “galán” y sobre ese aspecto basa buena parte de su vida, el día que no tiene éxito en la conquista o en ser admirado por su físico puede ser muy duro el golpe. Por eso Patricia Linville en sus estudios 4 menciona que una definición de uno mismo que sea compleja es menos fácil que resulte “golpeada” en tiempos de adversidad pues incluye múltiples aspectos. Imagina a alguien que tiene un fracaso en su negocio. Si esa persona además de definirse como emprendedor y empresario, también se contempla como esposo, hermano, compañero, deportista, hijo, miembro de una comunidad, etc. entonces muy probablemente se sienta más resiliente que alguien que se defina desde su trabajo principalmente.
4.- La Resiliencia es como una cuenta de banco
Me gusta decir, y está respaldado por varios estudios 5, que la resiliencia es como una cuenta de banco en la que de acuerdo a nuestras experiencias de vida hemos ido depositando resiliencia poquito a poquito desde la infancia. De hecho cada que practicas alguna técnica o factor que la promueve, vas depositando tu cuota de resiliencia. Cuando se nos atraviesan las adversidades y dependiendo de la situación, así como del momento de vida en que nos encontramos, tomamos nuestra dosis de resiliencia de esa cuenta con el saldo que tengamos. Por eso aun cuando no tengamos problemas a la vista, siempre es aconsejable cultivarla para enriquecer sus depósitos, de donde tomaremos nuestra dosis cuando la adversidad se presente, algo inevitable por el simple hecho de llevar una vida humana.
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Referencias:
1.- Baumeister, R., Bratslavsky, E., Finkenauer, C. & Vohs, K. (2001). Bad is Stronger than Good. Review of General Psychology, 5 (4), 323-370.
2.- Eliott, A. & Todd, M.T. (2010). Approach and Avoidance Temperament as Basic Dimensions of Personality. Journal of Personality, 78, (2), 865-906.
3.- Jostmann, N.B. & Sander, K. (2009). When Persistence is Futile: A Functional Analysis of Action Orientation and Goal Disengagement. The Psychology of Goals, Gordon B. Moskowitz and Heidi Grant. (New York: Guildford Press, 33.
4.- Linville, P. (1985). Self-Complexity and Affective Extremity: Don’t Put All of Your Eggs in One Cognitive Basket. Social Cognition, 1(1), 94-120.
5.- Liu, J.W., Reed, M. & Girard, T.A. (2017). Advancing resilience: An integrative, multi-system model of resilience. Personality and Individual Differences, 111, 111-118.